miércoles, 9 de junio de 2010

Arte Prehistórico
















El arte prehistórico es un fenómeno artístico de alcance geográfico global y una amplitud temporal suficiente como para afectar a las épocas más diversas. El concepto es mucho más extenso que el fenómeno rupestre cuaternario, principalmente circunscrito a Europa occidental, y comprende además las manifestaciones del llamado arte paleolítico.
Aunque cronológicamente, Europa debería ocupar el primer lugar, y a pesar de que muchas de las expresiones artísticas prehistóricas son relativamente recientes en algunas zonas del globo, donde han sobrevivido pueblos primitivos, la exposición se realizará siguiendo el orden alfabético. Aunque ello derive en un problema adicional: ¿es lícito comparar manifestaciones tan lejanas en el espacio y en el tiempo? En este sentido, la confrontación de equivalencias culturales, obviando los particularismos empíricos, permite obtener generalizaciones.
En base a ello, se puede apreciar que, en las
artes plásticas y visuales de los pueblos primitivos, el realismo es algo excepcional, frente al simbolismo, la abstracción, la estilización y el esquematismo, que parecen una constante mundial.
O
tra posible generalización es que casi todo el arte rupestre holoceno se desarrolla en el exterior, a lo sumo, en abrigos rocosos, desfiladeros y covachas poco profundas.
En tercer lugar, el megalitismo y la construcción de túmulos, en relación al culto a los muertos, o la necesidad de desarrollar una arquitectura defensiva, a menudo con
construcciones ciclópeas (cuya motivación, excede, con mucho, a las necesidades militares), también son constantes del arte prehistórico mundial.
Por último, está el hecho de que, a pesar del innegable
significado religioso del arte prehistórico, éste no sólo se asocia al mundo funerario o mitológico, sino que los temas abarcan todas las facetas de la vida social de los humanos (caza, guerra, trabajos, ceremonias, jerarquías, sexo, familia, incluso, diversión...) y, sobre todo, a medida que las sociedades humanas evolucionan, la glorificación del poder y de los poderosos.


Arte americano preclásico [editar]
América tiene una de las etapas prehistóricas más cortas, intensas y ricas del mundo, de este artículo se han excluido las civilizaciones preclásicas y clásicas precolombinas, centrándonos en el periodo que va desde la aparición de las primeras obras artísticas conocidas, a las manifestaciones de los horizontes tempranos o formativos, es decir, el comienzo del
período preclásico (es decir, salvo para el caso de los amerindios de Oasisamérica y el resto de Norteamérica, trataremos periodos anteriores a nuestra era).[3]
Los testimonios más antiguos del arte americano [editar]
Uno de los testimonio más antiguo que se ha localizado en América está en la
Pedra Furada, en Brasil, donde, junto a manifestaciones artísticas mucho más recientes se localizó un hogar datado por 14C en 17 000 ± 400 de antigüedad junto al que había algunos trazos rojos paralelos que incuestionablemente eran una creación artística muy esquemática, pero intencional.[4]


Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas.
De hecho, todo parece indicar que las primeras obras de arte americanas tienen ese carácter esquemático no figurativo, extremadamente sencillo. Así ocurre en la cueva de
Clovis (Nuevo México) donde se exhumaron placas de arenisca con incisiones de diferentes motivos geométricos datables en el final del Pleistoceno. Un caso especial es el que ofrecen los yacimientos patagónicos del valle de Río Pinturas, en Argentina. Allí se han localizado dos importantes comlejos rupestres de amplia duración cronológica, siendo las fechas más antiguas obtenidas del octavo milenio adC (14C), sin embargo, hay niveles arqueológicos mucho más antiguos (de hasta 14 000 años de antgüedad) en los que se han encontrado pigmentos naturales (óxidos de hierro, cristales de yeso, etc) que habían sido mezclados con otras sustancias, es decir, habían sido manipulados por el ser humano. con el fin de conseguir adherencia a la roca. Estas mezclas, al ser analizadas por el método de la difracción por rayos X, resultaron ser idénticas a las pinturas más antiguas localizadas en la Cueva de las Manos lo que induce a pensar que algunas de ellas podrían ser extremadamente antiguas, es decir, del final del Pleistoceno (más de 13 000 años de antigüedad según el 14C). Sin embargo no hay pruebas directas que relacionen los pigmentos hallados en las excavaciones con las pinturas ni se sabe cuáles serían sus motivos o su aspecto.[5]
No obstante, las estaciones patagónicas del Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas (en especial la mencionada Cueva de las manos y el Cerro de los Indios), merecen cierto detenimiento. Sus principales investigadores Grandin y Aschero, creen posible establecer tres etapas en este gran cojunto rupestre: la primera y más antiguo, datado entre el 7 700 a. C. y 5 500 a. C., se componene de manos y escenas de gran dinamismo con antropomorfos estilizados cazando huanacos. La segunda, datado entre 5 500 a. C. y 1400 a. C., es un conjunto menos dinámico, pero más colorido, el tema principal siguen siendo las manos, pero también hay numerosos zoomorfos estilizados de colores muy variados (blanco, rojo oscuro, violeta, ocre...). la tercera fase va desde el 1400 a. C. al año 1000 de nuestra era, es la más pobre, la estilización ha sido sustituida por la esquematización y a las manos se le han sumado diversos motivos geométricos[1]. Como se ha señalado antes, quedaría una fase, anterior a todas las demás, deducida sólo por inferencias, de la que se desconoce casi todo excepto su gran antigüedad y sólo pueden ser consideradas como una hipótesis de trabajo, hasta que se verifique su existencia.

Las manos son el tema principal del complejo de Río Pinturas (Argentina)

La caza de guanacos, la fase más antigua del complejo de Río Pinturas (Argentina)

Motivos esquemáticos de las fases tardías del complejo de Río Pinturas (Argentina)

Pintura de la vereda de Chimitá (Colombia)
Paralelamente al desarrollo de las pinturas patagónicas, el arte rupestre se extiende por toda Sudamérica, siendo importantes ejemplos las pinturas de
Toquepala (en la que se han obtenido fechas de 7630 a. C.), Lauricocha y Chaclarragla (Perú) con representaciones de gran tamaño, al igual de las de la fase esquemática de de Pedra Furada y Ferraz Egreja (Brasil); también Mont du Mahuri y Kourou (Guyana), entre otras más, todas ellas fechadas en el Holoceno.
Respecto a Norteamérica, existe un importante complejo rupestre en la
Baja California, la cueva más importante es la de San Borjita, con representaciones humanas y animales de tipo esquemático. Otras cuevas del mismo área son la Cueva Pintada del Cañón de Santa teresa, La Cueva de los Venados y la Cueva de la Cañada de la Soledad. Respecto a cuevas con las manos como tema principal, éstas no se reducen a la Patagonia, de hecho están por toda América, por ejemplo, la gruta de Mojocoya (Bolivia), Corinto (El salvador) o Finger Print Cave en Texas (Estados Unidos)


Arte americano preclásico [editar]
América tiene una de las etapas prehistóricas más cortas, intensas y ricas del mundo, de este artículo se han excluido las civilizaciones preclásicas y clásicas precolombinas, centrándonos en el periodo que va desde la aparición de las primeras obras artísticas conocidas, a las manifestaciones de los horizontes tempranos o formativos, es decir, el comienzo del
período preclásico (es decir, salvo para el caso de los amerindios de Oasisamérica y el resto de Norteamérica, trataremos periodos anteriores a nuestra era).[3]
Los testimonios más antiguos del arte americano [editar]
Uno de los testimonio más antiguo que se ha localizado en América está en la
Pedra Furada, en Brasil, donde, junto a manifestaciones artísticas mucho más recientes se localizó un hogar datado por 14C en 17 000 ± 400 de antigüedad junto al que había algunos trazos rojos paralelos que incuestionablemente eran una creación artística muy esquemática, pero intencional.[4]


Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas.
De hecho, todo parece indicar que las primeras obras de arte americanas tienen ese carácter esquemático no figurativo, extremadamente sencillo. Así ocurre en la cueva de
Clovis (Nuevo México) donde se exhumaron placas de arenisca con incisiones de diferentes motivos geométricos datables en el final del Pleistoceno. Un caso especial es el que ofrecen los yacimientos patagónicos del valle de Río Pinturas, en Argentina. Allí se han localizado dos importantes comlejos rupestres de amplia duración cronológica, siendo las fechas más antiguas obtenidas del octavo milenio adC (14C), sin embargo, hay niveles arqueológicos mucho más antiguos (de hasta 14 000 años de antgüedad) en los que se han encontrado pigmentos naturales (óxidos de hierro, cristales de yeso, etc) que habían sido mezclados con otras sustancias, es decir, habían sido manipulados por el ser humano. con el fin de conseguir adherencia a la roca. Estas mezclas, al ser analizadas por el método de la difracción por rayos X, resultaron ser idénticas a las pinturas más antiguas localizadas en la Cueva de las Manos lo que induce a pensar que algunas de ellas podrían ser extremadamente antiguas, es decir, del final del Pleistoceno (más de 13 000 años de antigüedad según el 14C). Sin embargo no hay pruebas directas que relacionen los pigmentos hallados en las excavaciones con las pinturas ni se sabe cuáles serían sus motivos o su aspecto.[5]
No obstante, las estaciones patagónicas del Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas (en especial la mencionada Cueva de las manos y el Cerro de los Indios), merecen cierto detenimiento. Sus principales investigadores Grandin y Aschero, creen posible establecer tres etapas en este gran cojunto rupestre: la primera y más antiguo, datado entre el 7 700 a. C. y 5 500 a. C., se componene de manos y escenas de gran dinamismo con antropomorfos estilizados cazando huanacos. La segunda, datado entre 5 500 a. C. y 1400 a. C., es un conjunto menos dinámico, pero más colorido, el tema principal siguen siendo las manos, pero también hay numerosos zoomorfos estilizados de colores muy variados (blanco, rojo oscuro, violeta, ocre...). la tercera fase va desde el 1400 a. C. al año 1000 de nuestra era, es la más pobre, la estilización ha sido sustituida por la esquematización y a las manos se le han sumado diversos motivos geométricos[1]. Como se ha señalado antes, quedaría una fase, anterior a todas las demás, deducida sólo por inferencias, de la que se desconoce casi todo excepto su gran antigüedad y sólo pueden ser consideradas como una hipótesis de trabajo, hasta que se verifique su existencia.

Las manos son el tema principal del complejo de Río Pinturas (Argentina)

La caza de guanacos, la fase más antigua del complejo de Río Pinturas (Argentina)

Motivos esquemáticos de las fases tardías del complejo de Río Pinturas (Argentina)

Pintura de la vereda de Chimitá (Colombia)
Paralelamente al desarrollo de las pinturas patagónicas, el arte rupestre se extiende por toda Sudamérica, siendo importantes ejemplos las pinturas de
Toquepala (en la que se han obtenido fechas de 7630 a. C.), Lauricocha y Chaclarragla (Perú) con representaciones de gran tamaño, al igual de las de la fase esquemática de de Pedra Furada y Ferraz Egreja (Brasil); también Mont du Mahuri y Kourou (Guyana), entre otras más, todas ellas fechadas en el Holoceno.
Respecto a Norteamérica, existe un importante complejo rupestre en la
Baja California, la cueva más importante es la de San Borjita, con representaciones humanas y animales de tipo esquemático. Otras cuevas del mismo área son la Cueva Pintada del Cañón de Santa teresa, La Cueva de los Venados y la Cueva de la Cañada de la Soledad. Respecto a cuevas con las manos como tema principal, éstas no se reducen a la Patagonia, de hecho están por toda América, por ejemplo, la gruta de Mojocoya (Bolivia), Corinto (El salvador) o Finger Print Cave en Texas (Estados Unidos

El arte monumental de los indios del noroeste [editar]
En la franja litoral del pacífico norteamericano sobrevivieron una serie de tribus que, hasta el siglo XIX, vivían de los recursos marinos y que, aunque no llegaron a constituir una cultura de mayor complejidad que la tribal; gracias a la abundancia que proporcionaba su economía pudieron desarrollar sus concidas ceremonias llamadas
potlatch y un arte de envergadura considerable. Éste se basaba, fundamentalmente, en la madera policromada aplicada tanto a los postes totémicos, como a la decoración de las viviendas comunales y ceremoniales. dado que estos pueblos eran seminómadas, algunas de estas viviendas estaban diseñadas para ser desmontadas y transportadas, a pesar de su complejidad. En los postes totémicos, además de dejar constancia de la estirpe tribal (generalmente relacionada con el mundo animal), se hacía gala de una plástica colorista y expresionista de enorme originalidad al combinar y disociar sus elemenos del poste de un modo cuasi orgánico.

Alaska: casa de un jefe tribal con su tótem

La casa y el tótem del viejo jefe Kian, de los Ketchikan

Detalle de un tótem canadiense (Vancouver),

Detalle de un tótem Ketchikan, del sur de Alaska
Actualmente quedan en Norteamérica «bolsas» de cultura indígena tan ricas y numerosas como escasos son sus miembros. Pero, aunque conservan gran parte de las tradiciones de sus antepasados, en ellos es imposible no ver el peso creciente de la influencia occidental. Esto no resta valor a sus manifestaciones artísticas, aunque tras siglos de europeización sean algo sincréticas o mestizas. Sin embargo, estos pueblos deben ser estudiados en un epígrafe adecuado a los
pueblos primitivos actuales, no a los pueblos prehistóricos.
Iberoamérica hasta el periodo formativo [
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Artículo principal:
Épocas preincaicas
Del periodo en el que ya se conocía la cerámica, la agricultura y la ganadería, tenemos muy pocos datos sobre el origen de la primera gran cultura clásica mesoamericana, los Olmecas, no existe ninguna cultura previa equiparable, aunque se sospecha que un largo periodo de abundancia pudo dar lugar al nacimiento de esta civilización. Los precedentes más próximos estarían en la pirámide de adobe de Cuicuilco, en la bahía de Matanchén, en la cultura Capacha, en ciertos yacimientos de la Huasteca veracruzana y en las primeras fases de Tlapacoya.
Un poco más al sur, en el
istmo de Panamá y en Colombia parecen aberse desarrollado importantes culturas antecesoras de los Chibchas, especialmente la cultura San Agustín, y la cultura Valdivia en Ecuador. Aunque la primera ciudad digna de llamarse así en sudamérica es el gran santuario de Caral (Perú), habitada en un período que comprende los 3400 a. C. y 1600 a. C., es decir, antes, incluso del conocimiento de la cerámica andina. Este gran centro ceremonial demuestra importantes conocimientos arquitectónicos, siendo los edificios más importantes las 32 estructuras piramidales, numerosos espacios abiertos para grandes reuniones (llamados anfiteatros) y varios templos con su característica planta en «U», entre los que destaca el llamado «Altar del Fuego Sagrado». Se supone que el Caral sería el centro de una cultura homogénea, quizá un auténtico estado centralizado, basado en la cohesión religiosa, pues se han encontrado, en su área de influencia, otros centros cultuales secundarios, pero del mismo tipo (Chupacigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y Lurihuasi), por lo que podría hblarse de la Cultura de Caral-Supe, nacida en el «Periodo Precerámico Tardío».

Cultura de San Agustín, Hombre-Jaguar

Cerámica policromada de la cultura Valdivia

Vista general de Caral (Perú)

Caral: el «Altar del Fuego Sagrado»
A partir del
1500 a. C. daría comienzo el «Periodo Cerámico Inicial» en el que a las formas cerámicas hay que añadir las primerar representaciones del dios felino, o Dios-Jaguar, que se convertirá en una constante de las culturas prehistóricas andinas. De este modo, en el segundo milenio ya han surgido algunas características propias de la idiosincrasia andina, las grandes pirámides truncadas, el culto al Jaguar, los templos en «U», etc.
La última gran cultura prehistórica andina de la
Cultura Chavín, del periodo Formativo (entre el 800 a. C. y el 200 a. C.). De nuevo estaríamos ante un posible estado teocrático con capital en un gran centro ceremonial, el Chavín de Huantar, asociado al culto al ya mencionado Dios-Jaguar. Su prosperidad económica se basaba en numerosas innovaciones agrícolas, y su arte es mucho más evolucionado, y el recinto ceremonial destaca por edificios emblemáticos, sobre todo el llamado Castillo, un complejo de aparejo ciclópeo, construido a lo largo de varios siglos, con varias terrazas, patios y recorridos interiormente por infinidad de correodres laberínticos que conducían a una sala central sostenida por el llamado «El Lanzón monolítico» (una especie de pilar de piedra, de 4 metros y medio de alto, decorado con la cabeza de hombre-jaguar de enormes fauces, con el cabello ensotijado, formado por serpientes entrelazadas). En el exterior tenemos la «Estela de Raimondi» (lápida de 3 metros de alto y un abigarrado diseño). Por último, el «Obelisco Tello» (decorado con un ensortijado motivo de hombre-fiera superpuesto a otros híbridos de pájaros, peces y reptiles); más losas con relieves similares se encuentran esparcidas por la zona.

Extensión de la influencia de la Cultura Chavín

El Lanzón Monolítico, de Chavín de Huantar

Maza antropomorfa de la Cultura Chavín

La Estela de Raimondi (Chavín de Huantar)
Paralelas a la cultura Chavín discurren en Sudamérica otras como
Paracas, las primeras fases de Chanapata y Pucara (en el centro sur de los Andes), y Chorreras (en Ecuador).
Asia [
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Existen diversas evidencias de arte prehistórico desde el Paleolítico, una de las más significativas es la
venus de Berejat Ram, descubierta en el Próximo Oriente, en los Altos del Golán.
Europa [
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Por las noticias que tenemos hasta ahora, el arte nació en
Europa occidental hace más de 30 000 años y se desarrolló especialmente durante el Paleolítico Superior en Francia, España y otros países, con una calidad portentosa. Sin embargo, al terminar la última glaciación y comenzar el periodo Holoceno, por causas totalmente desconocidas, se produjo la desaparición casi total del arte europeo, de modo que podría decirse que el reloj se puso a cero y se sincronizó con el resto del mundo, llevando, desde entonces un desarrollo paralelo. En este artículo se ha decidido no incluir el arte de la Edad del Hierro en Europa por dos razones: la primera es que la extensión sería excesiva, la segunda es que la mayor parte de las culturas europeas de la Edad del Hierro son Protohistóricas o, incluso, históricas, y de la mayor parte de ellas tenemos noticias escritas directas o indirectas.
El arte paleolítico europeo [
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Artículo principal:
Arte Paleolítico

Entrada actual de la Cueva de Maltravieso, en Cáceres.
La escuela de arte Franco-Cantábrico es la más importante de todas las que se desarrollan durante el
Paleolítico Superior en Europa, aproximadamente desde hace 35 000 años hasta hace unos 10 000 años. El arte rupestre, tanto parietal como mobiliar, aparece sobre todo en las cuevas de las costas del Cantábrico español (Tito Bustillo en Asturias, El Castillo y Altamira en Cantabria...) y el sur de Francia (cueva del Lascaux o Font-de-Gaume...), aunque realmente se extiende por otras regiones europeas (si bien, con menor densidad). Ejemplos de ello son el centro de la Península Ibérica, con cuevas como Los Casares, Maltravieso y conjuntos al aire libre como Siega Verde. La técnica utilizada es la pintura, el grabado, el relieve y, en el caso del arte mueble, la elaboración de estatuillas y otras figuras. Las pinturas son monócromas o bícromas (es decir, nunca se usan más de dos colores simultáneamente), aunque se aprovecha el color de la roca como complemento cromático. Para dar sensación de volumen se recurre a los degradados (al modelado y al sombreado) o se aprovechan salientes de la roca. Es un arte animalístico en el que la figura humana queda relegada a un segundo plano; también abundan los signos abstractos o esquematizaciones de órganos sexuales. Se le considera fundamentalmente descriptivo, es decir, raramente hay escenas (y cuando se encuentran, probablemente no sean hechos reales, sino simbólicos, es decir, mitogramas), la composición de las figuras es yuxtapuesta, con un significado más simbólico que real, y sin dar la sensación de un movimiento natural (aunque éste se exprese por medio de ciertos convencionalismos); a pesar de todo, las figuras son muy realistas y detalladas, siendo, por ello, un caso excepcional en el Arte Prehistórico.

Pintura: Techo de la Cueva de Altamira, (Cantabria)

Grabado: Cabeza de caballoCueva del Moro (Tarifa)

Relieve: Caballo de la cuevaRoc de Sers (Francia)

Escultura, venus paleolítica de Europa central
La función del arte paleolítico es totalmente desconocida. Al principio se pensó que estas obras de arte se hacían sólo por motivos estéticos (para adornar: «el arte por el arte»), y aunque nadie niega el alto sentido estético de estas representaciones, éste precer ser un factor secundario. Sin duda este arte era de carácter mágico o religioso. No se pueden hacer más precisiones, como mucho, se pueden formular varias teorías, pero sin pruebas definitivas. Las propuestas más habituales son el
totemismo, el chamanismo, la magia propiciatoria, la fecundidad y el dualismo de la naturaleza. En realidad es posible que todas las teorías tengan algo de verdad, que sólo tomándolas todas juntas se pueda interpretar el significado del arte paleolítico.
El Arte Neolítico europeo [
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El arte mueble neolítico [
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El arte mueble neolítico (a partir del 8000 a.C)incluye una amplia gama de formas cerámicas y otros objetos cotidianos, además de los elementos ornamentales y ceremoniales, que se prodigaron mucho en esta fase. La cerámica posee innumerables variantes (en función de la morfología y la decoración impresa, incisa o pintada), por ello, para no extendernos, únicamente citaremos dos de ellas: en primer lugar la
cerámica impresa cardial, propia de las fases más antiguas del Neolítico en el Mediterráneo y caracterizada por la decoración a base de impresiones hechas con conchas de molusco; en segundo lugar citaremos la cerámica de bandas, que se da en el corazón del continente y cuya decoración es incisa con motivos geométricos en forma de cintas con caprichosos recodos. En el sureste de Europa predomina la cerámica pintada, por influencia oriental. La escultura tiene un desarrollo temprano y original, de hecho prácticamente en todas las culturas neolíticas de Europa oriental aparecen, desde las primeras etapas, figurillas femeninas, normalmente de tierra cocida, pero también de piedra, que se supone representan a la Gran Diosa Madre de la fertilidad (casos destacables son los de Khirokitia en el Neolítico acerámico de Chipre, en Sesklo y Dímini, Grecia, y sobre todo, en las culturas de Vinča, Serbia, Cucuteni o Hamangia, en Rumanía, y. así, un largo etcétera). Un caso especial son las esculturas de piedra de Lepenski Vir (Serbia), talladas toscamente sobre grandes guijarros con personajes de aspecto tan peculiar que se han interpretado como seres híbridos (medio humanos, medio peces).

Cerámica de bandas del Neolítico pleno danubiano

Estatuilla de Hamangia, del Neolítico final rumano

Collar de cuentas de piedra del neolítico italiano

Firgurita femenina del neolítico balcánico
En lo referente al ámbito de los adornos, éstos suelen ser brazaletes de esquisto en forma de anilla, cuentas de collar de diversos materiales (piedra, hueso, concha...), colgantes hechos con hueso, o con colmillos de animal, figurillas y objetos de utilidad práctica decorados, casi siempre con motivos abstractos. Al final del Neolítico aparecen los primeros objetos ornamentales hechos de cobre nativo martilleado.
El arte levantino [
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Artículo principal:
Arte Levantino
La escuela de Arte Levantino español, que, para algunos estudiosos debe datarse en el periodo Epipaleolítico o (Mesolítico), hace unos 10.000 años antes del presente, y no en el Neolítico]], atribuyendo esta última datación a interpretaciones erróneas y sin fundamento. Las abundancia de escenas de caza con sus múltiples y sutiles aspectos son más propias de un pueblo cazador y no ganadero [cita requerida]. Sin embargo, muchos especialistas optan por ubicarlas, en sentido muy amplio en periodos más antiguos del Neolítico ya que, efectivamente sus representaciones incluyen ciertas escenas rupestres de ganadería; además algunos objetos representados permiten suponer que las pinturas tienen entre 8 000 y 5 000 años de antigüedad.[7] Son pinturas murales que aparecen en los acantilados rocosos y covachas poco profundas de sierras y zonas escarpadas de las provincias mediterráneas españolas (el Levante español), desde Lérida hasta Andalucía, destacando Cogull, Alpera y Valltorta (entre otros muchos). No conocemos arte mobiliar asociado, sólo pinturas murales con pigmentos naturales triturados. La temática principal es el ser humano y sus labores cotidianas: escenas de ganadería, caza, danzas rituales o, incluso, luchas violentas. El estilo es muy espontáneo y vivaz: los personajes forman auténticas escenas movidas y dinámicas. Las figuras son siluetas estilizadas y monocromas, esto es, pintadas de un sólo color (rojo o negro), son planas y sin modelado.

Danza fálica de figuras femeninas en el abrigo de Cogull (Lérida)

Arquero levantino típico (Albocácer, provincia de Castellón)

Escena de caza del Barranco de la Valltorta, provincia de Castellón

Combate de arqueros en una covacha de Morella, provincia de Castellón
Los megalitos [
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Artículo principal:
Megalitismo
El fenómeno Megalítico podría considerarse como la primera manifestación arquitectónica monumental en Europa occidental. Su nacimiento parece tener lugar al final del quinto milenio en varios focos simultáneos a lo largo del Atlántico, desde Huelva (en España), hasta las islas Shetland y Jutlandia, y su cronología sobrepasa ampliamente la fase neolítica, perviviendo durante la Edad del Bronce, especialmente en el norte (lógicamente también se produce una evolución de las formas constructivas). Un megalito podrá definirse como una construcción de piedras gigantescas (megas: gigante y, lithos: piedra), toscamente trabajadas. Aunque en periodo posteriores la tipología se diversifica, durante el Neolítico hay cuatro clases de monumentos megalíticos: el «menhir» (que no es más que una gran piedra hincada sin labrar), éste puede aparecer aislado o en grandes hileras. A veces también forma círculos, recibiendo entonces el nombre de «crómlech» (en las edades del metal, estos círculos de piedra llegan a desarrollarse mucho en las islas Británicas, recibiendo el nombre de henges»). En cualquier caso, los menhires, aislados o en grupos, señalarían santuarios al aire libre. Por último está el Dolmen: una tumba megalítica colectiva que al menos consta de una cámara funeraria cubierta por un túmulo, que a menudo se ha perdido (este esquema es el más común, pero pueden encontrarse variantes más complejas, o más sencillas). La cámara funeraria solía albergar los restos de multitud de cadáveres junto con su ajuar funerario.

Menhir

Alineamiento

Crómlech

Dolmen
La decoración de los megalitos suele ser abstracta, aunque, como algunos parecen tener una larga vida como santuarios, también poseen temas figurativos de tipo esquemático. Hay tres grandes núcleos donde sobresalen los dólmenes decorados, Bretaña (por ejemplo, los dólmenes de
Barnenez y Mane Kerionez), Irlanda (con New Grange o Loughcrew, entre otros) y, por supuesto, la zona galaico-portuguesa en la península Ibérica (con Antelas y Padrão en Portugal; la Granja de Tiñinuelo y El Soto en España). Las primeras fases decorativas suelenser abstractas (formas culvilíneas y geométricas, cúpulas), a veces grabadas y otras pintadas. Con el tiempo aparecen formas esquemáticas reconocibles (armas, antropomorfos, zoomorfos...). La cronología de esta decoración parece ser neolítica, sin embargo, en algunas representaciones es posible reconocer objetos metálicos con lo que hay que suponer una larga pervivencia cronológica.


Decoración en espirales de la entrada a New Grange (Irlanda).
Asociados a los monumentos megalíticos, pero localizados en zonas rocosas de la cornisa atlántica, desde la desembocadura del
Tajo, en Portugal, hasta las islas Orcadas en Gran Bretaña (pasando por Galicia, Francia e Irlanda) podemos incluir los petroglifos atlánticos. Su temática parece ser la misma: motivos curvilíneos, meandros, cúpulas, espirales, laberintos, cuadrados... (raramente con representaciones antropomorfas o zoomorfas), pero su apogeo se da en el segundo milenio adC, es decir, la edad de Bronce. No es raro que este tipo de manifestaciones pervivan fases más tardías, como ocurre con los henges británicos. Esta decoración debe tener un valor fuertemente simbólico, representando conceptos cuyo contenido se nos escapa.


Petroglifos de la Cornisa Atlántica de Europa
El arte europeo en las Edades del Metal [
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El fenómeno rupestre esquemático en Europa [
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La llegada del metal, coincide, al menos en Europa, con un radical cambio de estilo de la pintura rupestre. Del
realismo descriptivo paleolítico y la estilización narrativa levantina, pasamos a un esquematismo eminentemente simbólico. Las formas se reducen a sus rasgos más esenciales, sin dejar de ser figuraciones de elementos reales (no se alcanza la abstracción salvo, como veremos, en la zona más occidental). El arte rupestre esquemático tiene un gran desarrollo en la península Ibérica, tanto en pintura como en grabados, pero también se extiende por toda la franja atlántica (desde Portugal a Noruega), pero también es particularmente abundante en el este de Francia y el norte de Italia (tanto en el Atlántico, como en el área franco-italiana predominan los grabados, es decir, los petroglifos), El desarrollo del esquematismo en el arte prehistórico ha sido interpretado como una liberación de la realidad, como un triunfo del mundo simbólico y, por tanto, sería consecuencia de la aparición de religiones mucho más maduras.[8] Aparte de ello, el perfeccionamiento de utillaje metálico favorece el trabajo de la roca, y por tanto las insculturas van cobrando importancia, hasta el punto que los petroglifos nórdicos siguen realizándose hasta periodos históricos.

Petroglifos escandinavos de Tanum (Suecia)

Ciervo grabado en Val Camónica (Italia)

El gran hechicero del Valle de las Maravillas, Francia

Ciervo de la pintura rupestre esquemática española
La provincia escandinava tiene mayor densidad en el centro-sur de
Noruega y Suecia, en las regiones de Escania y Uppsala; destacando la zona de Tanum (declarada Patrimonio de la Humanidad ( con más de 300 conjuntos de arte rupestre). Los grabados escandinavos suelen aparecer en rocas alisadas por la erosión glaciar, son de gran tamaño y sus temas principales son guerreros y barcos. Los petroglifos escandinavos surgen en la edad del Bronce, en torno al 1600 a. C. y perduran hasta el año 100 de nuestra era.
La provincia de la Alpes franco-itlalianos es una de las primeras zonas de arte rupestre conocidas el el mundo. Concretamente, en la región italiana de la
Lombardía, los petroglifos de Val Camónica también fueron declarados Patrominio de la Humanidad. La mayoría son de la edad del Bronce, aunque perviven hasta la edad del Hierro. Hay gran variedad de temas, pero los predominantes son la caza del ciervo, la figura humana y los signos astrales, al final aparecen el carro y el caballo y, especialmente. En el Valle de las Maravillas (Alpes Marítimos. Francia) el protagonista es el toro en varias tipologías, si bien destaca un expresivo personaje armado con dos puñales conocido como «el hechicero». Precisamente, las armas representadas permiten calcular una datación principal en el Bronce Antiguo, aunque, posteriormente se añaden otras insculturas que alcanzan hasta la edad del Hierro.
El arte esquemático en la península Ibérica: Toda la península Ibérica posee yacimientos de arte rupestre esquemático, aunque, para ser más concretos, éste predomine en zonas montañosas donde hay disponibilidad de abrigos rocosos (no obstante, tiene paralelismos no rupestres en zonas llanas, reflejados en la cerámica decorada, el arte mueble, la decoración de megalitos, etc). A pesar de ello, sería un error considerarlo un fenómeno único; más bien, deberíamos hablar de numerosas culturas regionales diferentes. En todo caso, el auge del fenómeno esquemático corresponde al
tercer milenio adC, sobre todo al Calcolítico, comenzando su declive en la edad del Bronce, aunque existen numerosas pervivencias mucho más tardías.
Véase también:
Arte esquemático ibérico
La escultura [editar]
La escultura monumental enlaza directamente con las obras neolíticas que hemos citado sobre la Diosa-Madre, de hecho, en algunas tumbas aparecen toscos personajes femeninos labrados en sus paredes, tal es el caso de la gruta sepulcral de Coizard (
Marne, Francia) que sigue modelos idénticos a las llamadas estatuas-menhir, cuya datación se extiende desde el final del Neolítico hasta el final de la edad del Bronce). Se trata de figuras monolíticas, macizas, toscamentes desbastadas, de tamaño considerable, en las que se han dibujado, por medio de incisiones o, como mucho, bajorrelieves, rasgos humanos muy simples, destacando en la cabeza, los llamados «ojos de lechuza». El tronco no se difrencia y las extremidades aparecen sólo en algunas ocasiones, El bloque suele estar surcado por motivos decorativos lineales y signos sobre el sexo y la condición del personaje (collares, armas, herramientas...). Aparecen sobre todo en el sureste de Francia, en Italia, en Córcega y en la península Ibérica. Las más antiguas parecen ser las del Neolítico provenzal italiano (principios del III milenio a. C.), donde no ha podido establecerse ninguna relación con el mundo megalítico, aunque aparecen asociadas a enterramientos. A partir del 2500 a. C. se extienden al sureste de Francia, a la zona conocida como Rouergue (Aveyron y Hérault), donde adquieren su pleno desarrollo, destacando la llamada «Dama de Saint-Sernin», descubierta en 1888. Ya de época del metal parecen las estatuas-menhir de Liguria (Italia): en base a las armas que llevan se puede establecer una larga secuencia que comienza en el Calcolítico (tipo Pontevechio), continua el el bronce (tipo Canosa) y cumina en la transición a la edad del Hierro (tipo Remedello). En Córcega tenemos una sucesión similar, algunas de estas obras se asocian al Horizonte de las Nuragas, nacido al final de la edad de Bronce si bien culmina en la edad del Hierro.

«Dama de Saint-Sernin» (Francia).


Estela del Castro de Solana de Cabañas, en Logrosán (Cáceres, España).
En la Península Ibérica aparecen (sobre todo en
Extremadura y las regiones aledañas), pero probablemente pertenenzcan a un grupo independiente y más tardío, al menos en origen, puesto que no se asocian a los dólmenes, aunque también son funerarias. Son propias del Bronce pleno y, en sus fases tardías, ya representan a guerreros con cascos radiados y una completa panoplia compuesta de puñal, espada, alabarda o lanza y escudo (fíbulas, espejos..., a veces, también, carros de combate).
La arquitectura [
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Skara Brae, Islas Orcadas, Escocia.
La arquitectura civil de la primitiva Europa de la edad del Bronce puede separarse en dos grandes grupos. En la zona continental y atlántica predominan los poblados y aldeas de madera, con casas individuales, también de madera, y una protección compuesta por una empalizada. Al principio tal protección estaba más enfocada al ganado, pero con el tiempo hubo que reforzarla, ante el aumento de los ataques entre comunidades vecinas, añadiendo muros, fosos y varios cinturones de muralla hecha de troncos y barro (ejs.: Karanovo, Goldberg, Tripoljé...). La excepción a este modelo es el emplazamiento de Skara Brae, en las
islas Orcadas. SKara Brae apenas tiene una decena de viviendas semi subterráneas de forma redondeada, construidas en sillarejo de piedra casi ciclópeo. Esta enigmática aldea costera fue abandonada y apenas se encuentran objetos entre sus ruinas, lo que dificulta su datación, aunque se estima que fue habitada en el tercer milenio. La Europa mediterránea tiene pueblos muy distintos, quizá por influencia oriental, se rodean con gruesas murallas de piedra dotadas de torres defensivas semicirculares. Dentro del poderoso recinto, se apiñan las casa de adobe, sin una organización concreta. Además suelen tener una ciudadela con fortificaciones especialmente reforzadas. Los ejemplos más impresionantes de este tipo de poblamientos son, en el Egeo, Sesklo o Khirokitia, pero también en occidente tenemos Los Millares (España), Zambujal y Vila Nova de São Pedro (en Portugal); todos ellos cacolíticos. Durante el Bronce las fortificaciones se perfeccionan y el uso de la piedra se extiende por el resto de Europa, probablemente gracias a las nuevas herramientas. La Etapa culmina en la edad del Hierro con todo un continente cuajado de castros o poblados con fuertes fortificaciones complementadas con torres, fosos y campos de piedras hincadas.
La arquitectura religiosa se caracteriza por la pervivencia del megalistismo o de construcciones ciclópeas. En el
tercer milenio, es preciso recalcar la importancia del conjunto de templos de Mudajdra, Tarxien y Ggantija en la isla de Malta (semisubterráneos y rematados con enormes lajas de piedra, contuvieron gigantescas estatuas femeninas dedicadas a la fertilidad; pero también debieron tener función funeraria, pues en uno de ellos, Ħal Saflieni, aparecieron restos de miles de cadáveres). En el Bronce antiguo sobreviven algunos dólmenes en los que ya se desarrolla la cubierta de falsa cúpula (no se llega al conocimiento del arco ni de la cúpula auténtica). En el Bronce pleno, con la llegada del complejo de culturas de los túmulos cambian las costumbres funerarias, de colectivas a individuales, pero ciertas zonas conservan centros cultuales de tipo megalítico, como los henges o círculos de piedras en las islas Británicas (siendo el ejemplo más conocido y espectacular el de Stonehenge, reformado una y otra vez desde su fundación, en torno al 2700 a. C., hasta su última fase en el 1500 a. C., más o menos). En la zona escandinava y el norte de Alemania destacan las tumbas con forma de barco, del Bronce final. Por último, destacar los centros ceremoniales ciclópeos del Mediterráneo, de la segunda mitad del segundo milenio, en el Bronce final: nos referimos a las edificaciones de la Cultura talayótica (fase I) en las Baleares y a la Cultura Nuráguica de Córcega.

Templo ciclópeo de Ggantija, isla de Malta

Círculo mágico de Stonehenge, Inglaterra

Tumba en forma de barco de Gotland, Suecia

Talayot circular de la isla de Mallorca (España)
El desarrollo del arte metalúrgico [
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El cobre, junto con el oro, son los primeros metales utilizados; al principio, ambos se obtenían a partir de pepitas y se martilleaban en frío. Con el tiempo pasaron a fundirse y forjarse en el horno. Pero el cobre es difícil de trabajar y poco resistente, por lo que los primeros adornos son extremadamente sencillos (alfileres, fundamentalmente). El oro se podría trabajar con más facilidad y, desde el principio, aparecen ornamentos repujados o fundidos.


Cono de Aventon (Francia).

Hacha de combate grabada (Europa central)

Puñales de bronce(Italia)

Corazas de Marmesse (Francia)

Panoplia de armas de bronce (Rumanía)
La aparición del bronce (cobre con un 10% de estaño) supone un importante paso adelante, pues es más versátil (funde a temperatura más baja, se enfría muy despacio) y permite realizar objetos más complicados. A medida que avanza la edad del Bronce, las técnicas son cada vez más refinadas, pero requieren, no sólo de un artesano especializado (al que a menudo se le otorga un trato especial), sino un continuo suministro de materias primas, lo que a su vez, estimula los intercambios comerciales y culturales en el continente. El centro más activo el el Mediterráneo oriental, pero ya hemos visto que hay importantes culturas en el Atlántico, en el Báltico y en otras regiones europeas. Las armas (
espadas, hachas, corazas...) sobrepasan su papel bélico para convertirse en objetos de prestigio o ceremoniales, por lo que a veces se decoran como auténticas joyas, a lo que hay que añadir otros objetos de adorno corporal (broches, brazaletes, torques, lúnulas...) y objetos puramente ceremoniales y votivos.

Lúnula pectoral de oro (Irlanda)

Colmillo de Jabalí de La Colombine (Francia)

Vasos de oro repujados (Francia)

Carro solar de Trundholm (Dinamarca)
El fin de la Prehistoria en Europa [
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El «canto del cisne» de la Prehistoria europea lo marca la penetración de las
gentes de los campos de urnas, cuyo impetu llevó a la destrucción de tradiciones milenarias europeas, siendo responsables, incluso, del ocaso de Micenas y de casi todas las culturas Europeas. Sólo la franja atlántica pudo resistir su empuje. Estos pueblos, a su vez, a la primera cultura de la edad del hierro: Hallstatt. Basados en su superioridad tecnológica y en el empleo de la caballería ligera, ocuparon casi toda Europa, creando un nuevo orden que, tras un periodo oscuro, debido a los conflictos, desembocó en el nacimiento de las grandes civilizaciones clásicas (Etruscos, Griegos, Romanos...) y célticas, a las que habría que añadir Tartessos, en el sur de España, más ligado a la cultura orientalizante que a la indoeurpea. Todos estos pueblos acaban entrando en la llamada Historia Antigua europea

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